LA PAMELA
Qué niña tan maja es Ana Pelanas,
pero qué amable y considerada.
Una pamela tan ancha se ha comprado,
que da sombra a las ranas, a las ratas,
a las musarañas y también... ¡a su hermana!
EL GIGANTE DOCTOR
LA BRUJITA
La brujita
salió sin permiso
a pasear ella sola.
Voló por los aires
le sacó la lengua,
a una torre grandota,
le dio un gran pellizco
a la luna redonda,
y le dijo: -¡Fea!,
a la chimenea.
Se volvió a su casa,
desmontó su escoba,
y su mamá bruja,
por desobediente,
la hechizó y la convirtió
en una gorda boa.
EL HADA PIMIENTA
DON JUAN DE VILLANARANJA
A Don Juan de Villanaranja
le pican las orejas,
le molestan las guedejas.
Tiene la panza llena de lentejas
y, aún así, quiere torrijas y galletas.
A Don Juan le rebosan las mollejas
y es el hazmerreír de todas las viejas.
CUANDO BRILLA EL SOL
Sobre el campo verde,
el aire es más limpio
cuando brilla el sol.
Sin ninguna prisa
roe un caracol
las hojas más tiernas
de un hermoso girasol.
La Tierra se alegra
EL GIGANTE DOCTOR
En la clínica veterinaria, un gigante con un jersey
amarillo,
cuelga su abrigo, guarda sus guantes, limpia sus gafas y
grita:
- - ¡Siguiente!
Entran dos hormigas, Gema y Gina que son gemelas,
dicen que les duele la barriga y
el gigante dictamina: - Nada de golosinas.
- - ¡Siguiente!
Entra un gallo con anginas y el gigante manda:
- - Trágate un garbanzo gordo,
tres guisantes y una pizca de regaliz.
- - ¡Siguiente!
El último paciente es una jirafa quejándose de la garganta
que lleva una bufanda larga, muy larga.
El gigante se la quita, le da un vaso de agua
y le pide que haga gárgaras.
La jirafa primero se atraganta, pero luego se traga el agua,
se siente mejor y le da las gracias con un lametón.
ENTENDER QUE "M" NO ES "N"
Lo importante de un niño
no es que sea un empollón
y recite como un loro
sin entender la lección.
no es que sea un empollón
y recite como un loro
sin entender la lección.
Lo importante de un gato
es que cumpla sus funciones
—no que sea naranja o marrón—
sino que mate ratones.
es que cumpla sus funciones
—no que sea naranja o marrón—
sino que mate ratones.
PARA SER BRUJA TERRIBLE
Requisito imprescindible,
ible, ible, ible,ible,
para una bruja terrible,
ible, ible, ible, ible.
Es ser perversa y malvada;
odiar mucho a cualquier hada
por cursi y empalagosa,
siempre vestida de rosa.
Y ser más fea que Picio,
pues lo precisa el oficio,
con verruga en la nariz
larga como una lombriz.
Tener fétido el aliento,
la nariz como un pimiento,
muy negra la dentadura
y llevar túnica oscura.
Una sonrisa horrorosa,
la piel áspera y verdosa,
cara de astuta y bribona
y los pelos de fregona.
No moverse nunca a pie.
Sacarse pronto el carné
y volar a todas horas
con escobas voladoras.
Importante el capirucho
con forma de cucurucho
y un murciélago en el ala,
porque da aspecto de mala.
Es saber meter la pata
y dar a todos la lata,
pasarlo estupendamente
chinchando mucho a la gente.
Carmen Gil
La brujita
salió sin permiso
a pasear ella sola.
Voló por los aires
le sacó la lengua,
a una torre grandota,
le dio un gran pellizco
a la luna redonda,
y le dijo: -¡Fea!,
a la chimenea.
Se volvió a su casa,
desmontó su escoba,
y su mamá bruja,
por desobediente,
la hechizó y la convirtió
en una gorda boa.
EL HADA PIMIENTA
Una noche de tormenta
Se me ocurrió preguntar:
“Entre las hadas del mundo,
¿Cuál es la más especial?
Porque hay hadas de la hiedra,
Del palacio y del pajar,
De los lagos, de los bosques,
De los huevos y del hogar.
Pero ¿cuál de todas ellas
Es la más particular?”.
Entonces sonó un gran trueno
Y se hizo la oscuridad.
Al volver la luz, ahí
estaba
Brillando como una estrella,
Apuntándome con su vara
Y murmurando palabrejas.
Me miró a los ojos,
y sopló unos polvos,
Provocando tal picor
de nariz
que me hizo estornudar,
catorce veces o más.
Temblando como una hoja
Logré tartamudear:
“¿Eres el hada de Cenicienta
O la de Nunca Jamás?”
Una vocecita aguda contestó:
“Nena, no te enteras,
¡Claro está, como la sal!
¡Soy el Hada de la Pimienta!
Ahora, ¡vuelve a estornudar!”
EL SAPO
VERDE
Ese sapo
verde
se esconde
y se pierde;
así no
lo besa
ninguna princesa.
Porque
con un beso
él se
hará princesa
o príncipe
guapo;
¡y
quiere ser sapo!
No
quiere reinado,
ni trono
dorado,
ni enorme
castillo,
ni manto
amarillo.
Tampoco
lacayos
ni tres
mil vasallos.
Quiere
ver la luna
desde la
laguna.
Una
madrugada
lo encantó
alguna hada;
y así se
ha quedado:
sapo y
encantado.
Disfruta
de todo:
se mete
en el lodo
saltándose,
solo,
todo el
protocolo.
Y le
importa un pito
si no
está bonito
cazar un
insecto;
¡que
nadie es perfecto!
¿Se
regio dosel?
No se
acuerda de él.
¿Su
sábana roja?
Prefiere
una hoja.
¿Su
yelmo y su escudo?
Le gusta
ir desnudo.
¿La
princesa Eliana?
Él ama a
una rana.
A una
rana verde
que salta
y se pierde
y mira
la luna
desde la
laguna.
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